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domingo, 26 de agosto de 2012

Capítulo XIX Preparativos finales



Era extraño, tenía mucho tiempo que no estaba en una situación así, todo a mí alrededor parecía girar, el pulso se aceleraba, bastante extraño. Ingrid seguía dormida en mi hombro, la acomodé un poco más y la abracé, sentía el ritmo de su respiración, el ascenso y descenso de su suave pecho, se acurrucó de la misma manera que cuando la dejé en mi cama. Parecía que el tiempo transcurría más lento, que no había nada más que nosotros y en ese momento me empecé sentir un poco asustado. ¿Siendo una persona así, tan cambiante, tan inconstante, tenía yo derecho a tener o, mejor dicho, merecer todo esto? La idea me pareció tonta y repulsiva en ese momento, pero siempre queda la duda, la incertidumbre. Pasó un poco de tiempo hasta que Ingrid despertó.

            -Mmmmmm...-dijo con voz adormilada-¿Qué hora es?
            -No lo sé-dije-Debe ser algo tarde, ya casi se ha ocultado el sol.
            -Debo tomar otra taza del té.

Se levantó lentamente y fue por más a la cocina, yo me quedé sentado, como un poco incrédulo por toda la escena que acababa de pasar, como si estuviera viviéndola otra persona, que eso no me podía pasar a mí. Ingrid regresó y sacó una libretita roja de un librero.

            -Este-empezó a decirme-Es una especie de diario que llevaba cuando te conocí, como leí tu libreta de poemas creo que es justo que tú le des un vistazo a la mía.

Lo dejó en mis manos, lo hojeé un poco y comenté:

            -Pero, te dije que no había problema, es más, me parece bien que la leyeras, me ayudó mucho lo que dedujiste de ella.

Agacho un poco la cabeza y su semblante cambio un poco, parecía haberse entristecido.

            -¿Y tú no has deducido nada de mí? ¿Tan egoísta eres?

Ese comentario me cayó como un balde de agua fría, era cierto, volvía a pasar, de nuevo me había centrado tanto en mi propio bienestar, en llevar a cabo la restructuración, que poca atención había puesto en los sentimientos de los demás, sin darme mucha cuenta de lo que hacía, me levante y la abracé.

            -Tienes razón-le dije al oído-Soy un maldito egoísta, pero hay algo que tengo que terminar de hacer antes de darte una respuesta, si te doy una ahora, es probable que más adelante no sea la misma persona que te la dijo.
            -Lo sé-respondió-Pero me parecía que no te habías dado cuenta de nada, pero, al menos, déjame darte un beso.

Lentamente, o eso me pareció, Ingrid tomo mi cara entre sus manos y me dio el beso que tanto tiempo tenía yo sin dar, casi lo había olvidado, un beso dulce, quizá por los cafés, el té o quizás solo era yo, que importaba.

            -Cuando encuentres tu respuesta, ven a buscarme.
            -Si señorita.

Me despedí de ella y tomé rumbo de nuevo a mi casa, tenía un torrente de emociones y sensaciones revolviéndose en mí: felicidad, confusión, excitación, recelo, cautela y miles más, todas tan fuertes y todas tan disparejas, me parecía que todo tenía un color diferente, ni cuenta me había dado del paso del tiempo y ya estaba frente a mi casa. Al pasar por la sala me di cuenta que el teléfono tenía una llamada perdida, presioné el botón de reproducir y escuché el mensaje.

            -Alberto, solo te llamaba para decirte que mi madre quiere saber si puede contar contigo para montar la coreografía del baile de quince años de Estela, regresa la llamada en cuanto puedas. Hasta luego.

Tomé un poco de tiempo para pensar, no en la petición de Sonia y los quince años de Estela, sino más bien en como terminaría con la restructuración y, más importante, la respuesta que le daría a Ingrid, paseé un rato por el departamento, mirando por la ventana como la noche se posaba sobre la ciudad. Después de un rato llamé a casa de Sonia para confirmar mi participación.

            -Bueno Albert, los ensayos serán cada fin de semana, bueno en especial para ti por que estas fuera, espero y  no lo olvides-dijo Sonia.
            -No, pero me parece algo extraño que Estela haga fiesta de quince años-comenté-¿Pues no que no le gustaban?
            -No le gustan-respondió-Pero mis padres la obligan a hacerla, ya ves proyectando sus sueños sobre nosotras.
            -Bueno-añadí-Hasta el próximo fin de semana.
            -Bye.

Colgué, me lavé los dientes y me dispuse a dormir, tendría unas semanas algo movidas.

            -Vamos, vamos, Alberto, te tienes que aprender la coreografía más rápido que los demás porque tú solo vienes en fines de semana-Me decía la instructora para llamar mi atención.
            -Si torpe y todavía no te aprendes el paso del vals-añadió Sonia.
            -Bueno ya-reclamé-Es mi primer día ¿Qué esperaban?

Después de la visita a Ingrid, ella y yo salimos un poco en la semana, sin querer me había llevado sus notas y no me di cuenta hasta varios días después, pero ella me dijo que me quedara con la libreta, no la he leído pero planeo hacerlo hoy al regresar a casa.

Al llegar a casa de Sonia para ensayar esa coreografía, ya se encontraban ahí Rodrigo, Lucía, Eva, Jorge, Alexa y un chico que no conocía David, todos ya tenían conocimiento de la rutina y la ejecutaban con facilidad pero a mí me costaba algo de trabajo, debido a que tenía la mente en otro lugar.

            -Alberto te notas un poco distraído-comentó Lucía-Pero tu semblante es alegre.
            -Si-agregó Rodrigo-Parece que te hubieran dado un gran noticia.
            -¡Oh!-exclamo Eva-¿No será que al pequeño Albert le han dado una prueba de amor?
            -Mmmmm-gruñí-Ya, no es gracioso.
            -Ja ja ja ja –rió Jorge-Entonces es cierto, cuéntanos ¿Cómo es?
            -Conociéndote-intervino Sonia-De seguro tiene un bustote.
            -Ya estuvo bueno-dije algo molesto-Chinga ¿De cuándo acá ponen tanto interés en mi?
            -Es que es divertido molestarte-dijo Estela-Te enojas muy rápido, es como tirar una piedra en un hormiguero.
            -Y además no vienes tan seguido-dijo Alexa-Por eso bromeamos tanto contigo.

Suspiré un poco, seguimos ensayando por un buen rato hasta que le pesqué el hilo a la rutina, la instructora nos hizo repetirla una par de veces más para que viera mi avance.

            -Bien, Alberto, muy bien-comentó-Aprendes muy rápido, yo creo que para el próximo fin de semana ya podrías aprenderte el paso del vals.
            -Je je je-reí por lo bajo-Bueno.
            -Perfecto, ahora, vamos a formar las parejas, porque hasta ahora han ensayado con quien caiga-dijo la instructora-A ver, fórmense de mayor a menor los chicos y las chicas

Nos formamos y me di cuenta que, por estaturas, Sonia era mi pareja.

-Bueno, pese a los que no vinieron, tenemos 5 parejas ya formadas-observó la instructora-Vamos, un último ensayo y nos vamos.

Todos tomamos la posición inicial y al tomar la mano de Sonia, ella rápido me dijo.

            -¿Por qué estas temblando?
            -¿No recuerdas que siempre me pasaba al tomarnos de la mano?
            -Vaya-dijo-Pensé que ya lo tendrías superado.
            -Es en eso en lo que estoy-le contesté mientras empezábamos a bailar-Ingrid podría decirse que se me declaró.
            -¿Y qué le dijiste?
            -Qué tenía que resolver algo antes de darle una respuesta, pues si no, podría cambiar de parecer.
            -Bueeeeno-dijo algo decepcionada-De lo mal que pudiste haberlo hecho, la regaste poco.
            -¡Sonia, Alberto! Dejen de platicar y concéntrense.
            -Si Alberto, ¡Con-cen-tra-te!-dijo Iván-Oye ¿Me ayudarías con una escena de un videojuego después de ensayar?
            -Esta bien Iván, Sonia ¿Te lo platico terminando?
            -No voy a quedarme, voy a salir con Violeta después de esto-contestó.
            -Bueno-dije con un suspiro-Será en otra ocasión.
            -¡Ya dejen de platicar!-grito la instructora.

Terminando, Sonia rápidamente se despidió y salió a encontrarse con Violeta, le ayude a Iván con su juego y Estela me pido que si The Anonimus podía tocar en su fiesta.

            -Anda Albert-me decía-No quiero que mis padres contraten al típico sonido, además, Sonia dice que tu banda tiene muchos géneros y que son bastante carismáticos.
            -Por mí no habría problema, pero el detalle esta con los otros-dije-No sé que digan.
            -¿Y si les hablas?, Digo, porque les pagaríamos por la tocada-dijo como que distraída.
            -Buena idea.

Tomé prestado su teléfono y hablé a casa de Hugo.

            -Hugo, ¿qué te parece la idea de tocar en la fiesta de quince años de la hermana de Sonia?
            -No inventes calvo-protestó-¿Unos quince años? No juegues, que hueva.
            -¿Mencioné que nos pagarán por la tocada?-dije con un tono más convencedor.
            -Viéndolo por otra parte, es una forma muy adecuada de proyectar nuestra imagen como banda y lograr llegar a un público nuevo-respondió Hugo.
            -Si, ajá, avísale a Oscar e Isaac, yo te digo cuando tendríamos que ensayar ¿Vale?
            -Órale, bye.
            -Listo-dije-Ya quedó.


Esa noche de regreso en mí departamento, después de haber escuchado y medio ensayado algunas canciones que Estela quería que tocáramos, me puse a leer el diario de Ingrid.

18 de Enero  de…

No sé ni por dónde empezar, este día fue completamente extraño, fue de un extremo al otro en un pestañeo.

Bueno, después de ir al As de espadas a cobrarle al mal nacido de Tomás, ese imbécil se puso digno y no me quería pagar, de hecho empezó a molestarme y justo cuando creía que me golpearía o algo peor, apareció un muchacho por la esquina, le pedí ayuda y pareció que la escena lo dejó extrañado, pero me ayudó, me quito de encima Tomás, sin embargo, él le pegó en la cara y lo estaba pateando, yo le pedía que parara, que lo iba a matar y justo cuando termine de decir esto, paso algo raro y aterrador, el muchacho se levantó de repente y lo empezó a ahorcar, tenía los ojos inyectados de una furia incontrolable, su rostro solo transmitía ira y un ardiente deseo de matar, llorando le pedí que se detuviera y se detuvo, apenas le agradecí me desmaye.

Desperté en un departamento desconocido, vi al chico, se llama Alberto, dormido profundamente en un sillón, al lado tenía una libretita abierta, no resistí el deseo de ver que decía.

Calla, ella duerme en silencio.
Deja que los huesos se calienten
en la hoguera del suspenso

Quiero vaciar mí mente,
que ya nada sea aparente.

Agitar el tiempo y llegar casa
siempre contento

Seguí leyendo por un rato, poesías bastante cargadas de su personalidad, todo lo que guarda en su interior, preparé algo de comer para agradecer el favor, platicamos un poco, le sugerí que hiciera una especie de catarsis, tiene un verdadero “dilema del erizo”, espero y tome en cuanta mi consejo, además, quede de verlo dentro de un rato aquí al lado, en el gato negro.

Era la última entrada de ese diario, ya de ahí en adelante solo quedaban algunas notas escolares o deberes y pensar que terminaríamos juntos si todo sale bien, he ahí el detalle, si todo sale bien, no sé qué es lo que guarde en mi interior, debería saberlo, pero en la desesperada carrera por construir el muro, lentamente empecé a esconder a los demonios que tenía, a enterrar ideas, a perseguir  y eliminar planes, todos aventados en un pequeño espacio en mi, hacinándose y esto los hará caer como fichas de dómino, todas formadas en un complicado diseño que no logo entender, he vivido preso en una cárcel construida por mí mismo, ahora las paredes se han resquebrajado, el aire y la luz se escurren por las fisuras, mi cuerpo tiembla, pero no de miedo, no tendré miedo, no hay tiempo para tener miedo, hay mucho por hacer.


Nota:

A partir del siguiente capítulo entramos a la recta final de esta historia, y para el final, he reservado la artillería pesada, muy probablemente sea un capítulo largo, cambiaré un poco la manera de narrarlos y la estructura será otra, no adelanto nada, pero serán relatos cortos, relacionados con la idea central de esta historia, unificar 4 conceptos: Furia, razón, pasión y sensatez (lo que vendría siendo el equilibrio de J. Alberto), aquí es probable que se ponga “intensa” la historia.

Están avisados y gracias por leer este intento de historia por parte su desvariado autor.

José Alberto Ruiz Domínguez.

2 comentarios:

Wow no puedo esperar para esa recta final, me ha tenido al filo del asiento toda la historia :)

*NO MANCHES YA QUIERO LEERLA!!!!




CLAUDINE

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